1992
Mutilación
Mutilar y ahogar, ¿será lo mismo?
 Siento una mutilación de mis escritos, de mis inventos, de mis sueños.
 Siento un ahogo de mis sentimientos.
 Estoy aquí y no estoy.
 Me parezco a una piñata llena de obsequios amargos y dispuesta a recibir golpes. No sé si los regalos serán realidades, pero me siento agobiada antes de abrirme.
 Lo dulce se desbordó, siento que no puedo entrar y lo que necesito es la tranquilidad de mi ser. La tranquilidad de existir y de soñar.
 Sueño que hago cosas y al despertar siento haberlas vivido. Siento que voy más allá de lo que quiero.
 A veces quisiera encontrar mi verdadera imagen, la que se esconde tras las sombras y la que no me deja ser mutilada ni prisionera.