2002
En el bosque
Decidí probar otro escenario para hacer mi tarea del cuarto tema del curso de escritura que estoy haciendo. Fui al bosque que queda cerca de casa, me gusta mucho por su diversidad de árboles y olores a tierra húmeda que guarda sus entrañas. El ruido de niños me muestra el camino, quiero sentarme a verlos actuar y tomar nota de sus movimientos.
El parque estaba lleno de niños con padres y madres, todos cuidando de que estos no se hicieran daño. Un columpio con dos niñas a quienes se les levantaba la falda y gritaban como locas de felicidad. Otros en un sube y baja en forma de dragón llevaba en su regazo a dos varones, que gritaban y empujaban hacia abajo, esperando que se moviera. Más adelante había también, otro sube y baja con cuatro varones, dos a cada lado, que intentaban con su peso subir y bajar, ningún adulto los ayudó a montarse y casi que se cae uno de ellos… Nadie se dio cuenta del peligro.
No pude sacar mi libreta, me sentí como intrusa y observada por madres con niños. Me imaginé que entre ellas conversaban y se hacían preguntas acerca de mí:
- ¡Miren a esa mujer que está sentada en el banco!
- ¿Qué hará allí sola y sin niños?
- ¿Por qué mira a los niños?
- ¿Buscará algo o espera a alguien?
Yo para confundirlas comencé a mirar mi reloj, para indicar que esperaba a alguien para no intimidarlas, para que no pensaran mal de mí, para que no imaginaran que yo era una secuestradora, para que sus mentes se tranquilizaran y para que disfrutaran de sus pequeñuelos.
¿Se imaginan si yo hubiese sacado mi libreta? La de miedos que se hubiese olido en el ambiente. La avalancha de gente que se armaría, todos recogiendo sus carriolas y a sus hijos.
Yo seguía viendo mi reloj, corroborando que apenas habían pasado unos minutos. No pude hacer mi tarea en vivo, me fui de allí para escribir en casa mis sensaciones.
Al pararme del banco una señora con una niña en brazos me miró de arriba abajo. Yo le sonreí y ella me devolvió una mirada severa, amenazante y retadora. Me pareció leer su mente: «¡Sal de aquí o llamo a la policía!»
Me fui de allí con parsimonia mostrando con mi andar que no tenía miedo ni de ella ni de la policía. Yo solo quería hacer mi tarea…