2002
Todos somos diferentes
Desde siempre he sabido que soy diferente a todos los que siempre me han rodeado. Desde muy pequeño siempre me dijeron que había llegado a la puerta de la casa de mis padres en una cesta y eso hace toda la diferencia.
Mi tez clara y serena me ha llevado a tener gusto por otras teces, digamos morenas, más oscuras, más risueñas. He buscado y perseguido olores que me ayuden a encontrarme. Olor a ají dulce, olor a fororo quemado, olor a tristezas sin rumbos, olores a melancolías.
Me encantan los otros rumbos. O digamos personas con otros rumbos, con otros sabores, con otros pensares. Para ello tienes que rozarlos, olerlos, diferenciarlos, con amor y emociones.
Sí, somos diferentes y me nutro de la diferencia. Ya que es muy anquilosante tratar de ser igual a tus familiares. La diferencia enmarcada en gustos y colores, en dientes picados por la mala limpieza, en pies delgados, en narices puntiagudas, en canas antes del tiempo, me han llevado al otro extremo del mundo.
Un mundo lleno de miradas. A veces al mirar a la gente cuando voy en el metro, encuentro miradas esquivas. Esa esquiva me deja pensando en quién serás, de dónde vendrás, serás un extraño igual que yo en un país extraño, en un país que no es el nuestro, pero que nos invitó a vivir en él sin importarle nuestra raza, nuestro olor y color de piel. Sin importarle nuestros pensamientos, nuestros quehaceres. Y ese dejarte vivir es lo que más me gusta de este mundo lleno de tantas razas diferentes.
Gracias a Dios que todos somos diferentes. Sino imagínate que todos tuviéramos los mismos gustos y amores. Fuera una orgía completa y diaria. Siempre pienso también en la tolerancia, si fuéramos todos iguales no habría conversación sin diferencias, la tolerancia se volvería indiferencia y a la vez aburrimiento. Todos pensaríamos lo mismo, y "disfrutaríamos" lo mismo siempre. Oleríamos igual, vestiríamos igual, comeríamos lo mismo, nuestras necesidades olerían igual, nos veríamos en cada sitio que fuéramos, o sea nos perseguiríamos siempre. Pero como dije antes, gracias a Dios somos diferentes, y desde siempre hemos tenido nuestras huellas digitales diferentes que nos hacen diferentes a todo el resto del universo.
Pienso en otras culturas, otros idiomas, otros sentires, me fascina encontrarme diferente a cada uno de todos nosotros. Cuando nos hacemos diferentes también nos vienen de otras partes las opiniones acerca de los individuos de otros países. Como, por ejemplo, los franceses son buenos en la cama, los italianos son machistas y no muy buenos en la cama, los surafricanos huelen fuerte, los griegos golpean a los niños, los alemanes son fríos, los argentinos son unos engreídos, los españoles solo hablan y no van al grano, los chinos se las pasan sonriendo y no sabes que te espera detrás de esa sonrisa. Y así un sin fin de estereotipos que no nos dejan aceptar a otros tal cual como son, sino que muchas veces son dejamos llevar por esos comentarios que nos los tomamos tan en serio que nos olvidamos que al igual que nosotros somos personas, y por tal, diferentes.