Daniela cada noche al acostarse llevaba el miedo metido debajo del pijama.

Si tenía que tomar agua se fijaba si había alguien despierto y cerca de la cocina y si no lo había iba prendiendo las luces desde su cuarto, el pasillo, el salón de estar hasta llegar a la cocina, todo prendido como un estadio de football.

Tomaba agua e iba de regreso a su habitación por el mismo recorrido apagando las luces y divisando sombras de no sabía que…

Una noche soñó que alguien le decía: - I need candles!

El mensaje no lo entendió porque ese idioma no era el conocido. Tuvo que esperar la mañana para preguntar a su hermana que estudiaba inglés para que le tradujera.

Allí comprendió que quien le había dado el mensaje había sido ella misma.

Lo que necesitaba para espantar sus miedos de la noche eran velas y desde esa noche alumbró su habitación con velas en los rincones y pudo dormir en los brazos de sus ángeles guardianes.

Cada día se sentía con más energía y más agradecida de haber sabido entender el mensaje para aplacar sus miedos. Estos se fueron yendo de su mente y ahora de adulta solo le queda el frescor de la compañía de sus guardianes.