Tenía un don y ella no lo sabía hasta que lo soñó…

Se encontraba paralizada y no sabía hacia dónde seguir. Ya le pasaba esto cada día, al despertar, veía el techo de su habitación y se preguntaba cómo había llegado a dónde estaba.

Así pasaron muchos años hasta que fue a visitar a una amiga en su ciudad de nacimiento, salieron a pasear en el carro nuevo de su amiga, el carro era muy grande y no pasaba por entre las calles angostas de la ciudad. Se bajaron y la amiga de ella quiso dejar el carro bien resguardado en una esquina, sin embargo, de la nada le llegó una luz y ella se concentró colocó las manos sobre el carro, este se convirtió en un descapotable en miniatura, se lo metió en un bolsillo y siguieron el camino como si nada.

Las dos no hablaron de eso nunca, porque ambas lo habían olvidado. Como lo recordó ella y no se lo dijo a su amiga por miedo a ser mal interpretada, fue el día que volvió a pasarle lo mismo, pero con su pretendiente, que estaba de lo más borracho para seguir en pie y ella, se concentró, le tocó las mejillas enrojecidas, él la miró y calló en un sueño profundo y se despertó en otra ciudad sin recordar que estaba comprometido.

Ella siguió su camino sin ataduras y feliz de ser ella misma.